Desde la destitución de Pedro Castillo, Perú se ha desatado en protestas violentas desde el 7 de diciembre. El gobierno exige el orden público en el sur de Perú mientras los protestantes continuan sus manifestaciones, llevando a una continua batalla violenta entre ellos. Las muertes y lesiones sucedidas por las manifestaciones han llevado a que la presidenta Dina Boularte se encuentre bajo investigación por genocidio.